jueves, 5 de marzo de 2009

De los proyectores de cine a los tableros de dibujo

Al promediar el año 1954, un supervisor se dirige a la oficina del director de Relaciones Industriales porque uno de sus trabajadores se había ausentado durante tres días; en el mismo recinto, se encontraba el mencionado trabajador. Una vez que el director hubo escuchado la queja le informa lo siguiente al supervisor: “El señor Suárez ha sido transferido al área de Entrenamiento”. Es así que se da el cambio de ocupación de este trabajador que (para mayores detalles) es mi abuelito.

El año 1948, don Apolonio Suárez ingresa a trabajar a lo que en ese entonces era la empresa Cerro de Pasco Cooper Corporation; su primera labor fue la de bibliotecario y encargado de la limpieza en el cine Club Peruano. Este recinto estaba bajo la administración de esta empresa. Luego de un año trabajando en esta ocupación, Apolonio Suárez asume otras dos funciones: la de operador de los proyectores del cine y la de dibujante de las propagandas de las películas. De esta manera, todos los días, en un corredor en el que se ubicaba el material publicitario cinematográfico, el señor Apolonio pintaba y hacía letras alusivas a la proyección de ese día en dos pizarras, en las cuales según nos cuenta el señor Apolonio se ponía la publicidad de la película de ese día y la del día siguiente. Por otro lado, el señor Suárez también se encargaba de operar las maquinarias de proyección de filmes; esta labor la tenía que realizar durante las tres funciones del día: matinée, vermouth y noche, salvo los días domingos en los que había una función adicional matinal. Como es natural, estos proyectores necesitaban de mantenimiento; por lo tanto, la curiosidad y el deseo de saber hicieron que el señor Apolonio estudiara cine por correspondencia a través de una institución argentina. El afán fue tan grande que también estudió por correspondencia para ser técnico en radio y televisión, lo cual se hizo a través de una institución norteamericana; inclusive, esta institución le envió un radio desarmado como una especie de evaluación para que él construyera este artefacto. Regresando al tema cinematográfico, estos estudios le permitieron encargarse del mantenimiento de las máquinas y, con esto, tener mayor dominio de su área de trabajo. Como un adicional a todos estos trabajos, también se encargaba de elaborar las diapositivas publicitarias que se proyectaban antes del comienzo de la película. Estas diapositivas se elaboraban en cristales de 6 cm por 9 cm, lo cual demandaba un esfuerzo bastante grande porque implicaba hacer dibujos y letras en miniatura. Estas labores las realizó el señor Suárez durante un promedio de cinco años.

Casi al término de la temporada de trabajo en el cine, durante el tránsito del supervisor del área de Entrenamiento de la empresa hacia su diario trabajo, observó los dibujos y letras realizados por el señor Suárez para la publicidad del cine. Esto motivó que dicho supervisor se comunicara con el director de Relaciones Industriales de esta empresa; de este modo, don Apolonio fue llamado a la oficina del director ya mencionado para que pase un examen en el área de Entrenamiento. Como era de esperarse, el señor Apolonio pasó con éxito esta evaluación y el director le dio tres días de prueba para evaluar si el nuevo trabajo era más conveniente o no; como ya se habrán imaginado ustedes, esos tres días son los mismos por los que el supervisor del párrafo inicial se iba a quejar. Entonces, en ese encuentro, se le comunica al antiguo supervisor el traspaso de su ex trabajador a otra área de trabajo.

Las funciones que tenía el señor Suárez en esta nueva ocupación eran las de hacer gráficos ilustrativos para poder instruir a los distintos trabajadores (ya sean obreros, empleados, ingenieros, etc. ) acerca de los distintos procesos que se llevaban a cabo en las distintas áreas de esta empresa minero – metalúrgica. Según nos cuenta el señor Apolonio, por ejemplo, diseño gráficos que se vinculaban con el proceso de elaboración de los concentrados de plomo y cobre. Por ende, se puede notar que la labor de esta nueva área era elaborar materiales ilustrativos – educativos para los distintos operarios de la empresa. Al promediar el año 1972, ya estaba formada oficialmente el área de Artes Gráficas y, más o menos unos ocho a diez años después, el señor Suárez rinde y aprueba una evaluación para encargarse de la supervisión de toda el área de Artes Gráficas. Es necesario recordar que ya para este entonces la empresa Cerro de Pasco ya no estaba en funcionamiento porque había sido nacionalizada y, en su cambio, estaba operando la empresa Centromín Perú. Además, es necesario recordar también que La Oroya, lugar donde trabajaba el señor Suárez, había sido y era el núcleo del área de influencia de las dos empresas pues, en esta ciudad, se procesaba todo el mineral traído de los distintos campamentos; entre ellos, podemos enumerar a Morococha, Yauricocha, Casacalpa, Cobriza, Andaychagua, San Cristóbal, Cerro de Pasco, Lima, etc. Entonces, la labor gráfica del señor Suárez implicaba tanto ocupaciones que se realizaban en La Oroya como en otros campamentos, con lo cual el trabajo era mucho mayor.

El año 1995, ya en pleno proceso de privatización de Centromin Perú, el señor Suárez decide jubilarse de su puesto de supervisor del Área de Artes Gráficas, luego de cuarenta y siete años de haber trabajado desarrollando su talento artístico en las distintas funciones que le tocó desempeñar.
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Ficha Biográfica:
Nombre completo: Apolonio Perfecto Suárez Miguel
Lugar de nacimiento: Morococha (provincia de Yauli, departamento de Junín)
Lugar de crianza: Ataura (provincia de Jauja, departamento de Junín)
Fecha de nacimiento: 18 de abril de 1927
Ocupaciones: Fotógrafo, dibujante, pintor, operador de cine
Lugar de trabajo: Ministerio de Fomento (Proyecto de irrigación de la margen izquierda del río Mantaro), Cerro de Pasco Cooper Corporation, Centromín Perú

1 comentario:

  1. Parece mentira que esas coincidencias en la vida nos hayan convertido en seres tan disímiles, extraños, nostálgicos .. pensar que a veces con tanta preocupación por vivir, por ganarse un poco de dinero o por saber que tus hijos estén creciendo bien uno deja de pensar en cosas que de lejos parecen no tener mucho sentido o mucha razón .

    Así que .. la vida es asíiiii (8)
    xD
    buen artículo Gerry Risón

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